¡NO ME LO PODIA DE CREER!

Así de claro. No me lo podía creer lo que mis cansados ojos estaban viendo.


Para eso tengo la obligación de centrar el relato.

Era Sevilla. Si, la capital de la comunidad andaluza.

Paseaba, por obligación medica por el Puente de San Telmo, cuando un griterío ensordecedor llegaba a mis oídos. Delante del hermosísimo edificio, empezado a construirse en el Siglo XVII, de estilo barroco andaluz, el Palacio de San Telmo, ciento y cientos de personas se agolpan gritando a pleno pulmón.

Entre los que destacaban, algunos “perro-flautas”, esos tipejos que nunca faltan en cualquier jolgorio o cachondeo, como casi siempre con la “batucada correspondiente” y miles de sindicalistas andaluces, sobre todo ugetistas, algunos “cocos”, y sobresaliendo sobre todo y todos, al líder del Sindicato de Obreros del Campo, el famosísimo y televisivo alcalde de Marinaleda, el camarada Gordillo, que estaba pasando lista a los afiliados para que no faltase ninguno.

Los gritos pidiendo que rodasen cabezas eran clamorosos. Las pancartas escritas sobre sabanas de “camas cameras”, o de doble cuerpo, era de poner los pelos de punta:

¡¡POLITICOS, LADRONES, os cortaremos los coj…!!
¡¡POLITIQUILLOS, os rajaremos el “pitillo”!!.
¡¡GRIÑAN, nos quedas sin pan!!
¡¡JUAN LANZA, nos comeremos tu panza!!

Y esos “slogans” eran los más suaves. Los que pueden oír los niños, las beatas y los pocos nazarenos que se atrevían a pasar, camino de la procesión de Semana Santa.

Aquello del cerco a las sedes del PP en día de reflexión antes de las elecciones de 11 de Marzo, después de los atentados del Metro de Madrid, o del cerco a la Sede del Congreso de Diputados por los del 25 de Septiembre, eran juegos de “patio de guardería”.

Algunos, de los más lanzados, portaban latas de gasolina, otros cuerdas con el nudo preparado para la horca. Otros con guadañas, garrotes, cuchillos, espadones…

Y me dije, “el pueblo andaluz está quitándose la venda que han tapado sus ojos durante decenas y decenas de años”. ¡¡Por fin se han descubierto al error de sus últimas votaciones para que les gobiernen esos políticos que se han dedicado a robar y a enriquecerse!!.

Estaba empezando a ser feliz.

Después sonó el despertador, y me jodió el sueño.


Por eso, me voy.

SATURNINO MARTIR CEREZO, el Último de Filipinas.