YO ESTOY HASTA LA CORONILLA

Recuerdo que mi Abuela Elvira solía decir muy a menudo que ella estaba “hasta el moño”, y yo la verdad, con el poco pelo que me va quedando, hacerme el moño es totalmente imposible. Y como tampoco uso gorro, pues solamente me queda decir: “YO ESTOY HASTA LA CORONILLA”, que esa aún tengo.

¿Pero de que estoy hasta la coronilla?.

Fácil. Encienda Vd. el televisor. Siempre salen los mismos personajes, que dentro de poco solo serán personajillos, y a la misma altura que la tal Belén Esteban, que es famosa por “el polvo” recogido en pasados tiempos y del cual vive en la abundancia, pero al mismo tiempo en la inmundicia, la chabacanería y la ordinariez de la telebasura.

Amigo lector, haga un pequeño esfuerzo. Recuerde que personajes tienen garantizado la primera noticia en todos los “telediarios” de todas las cadenas de televisión de Ex/paña.

¡¡Venga!!. No me sea perezoso.

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¡¡Bien!!. Lo ha conseguido, pero yo creía que Vd. sería más rápido en los pensamientos.

¡¡Sí!!

Yo estoy hasta la “coronilla”:

 Del “Urgangarin”, o como se llame. También conocido por “mangarin”.

 De la infantita. Que no estaba, pero que se beneficiaba.

 Del socio, que si trincaba, y que ahora quiere “enmierdar” todo y a   todos.

 Del juez, que es un “figurón”, pero que no llega a “figurín”.

 Del abogado del “mangarin”, que le gusta más una cámara de TV que a un “tonto un lápiz”.

 De los comentaristas de radio y TV, que se cabrean por tener razón en todos sus asertos.

 De lo bajo que está cayendo la monarquía.

 De los políticos que tenemos que no se pringan en el tema, porque ya, ellos están bastante “pringaos”.

 De las juventudes socialistas, que aprovechando que el Pisuerga pasa por …Jaén, (así están “estos informados”), piden ahora el establecimiento de la república, y no recuerdan los momentos felices que han tenido con los borbones.

Si Vd., amigo lector se encuentra en mi misma situación, entonces Vd. también está “hasta la coronilla”, y como coronilla viene de corona, y a mí solo me gusta la corona de los puros habanos, y de esos quedan pocos, por aquello de los hermanos Castro, ……yo hoy, me estoy poniendo hasta la coronilla.

Por eso me voy.

Saturnino Martin Cerezo, el “Último de Filipinas”.