El pasado día 3, tuvo lugar en la Parroquia del Perpetuo Socorro de Mérida, la Misa de acción de gracias por la vida de nuestra hermana Lolita, fallecida el 5 de Noviembre de este año.
La celebración fue entrañable a la vez que emotiva, y a la que acudieron familiares, compañeros y amigos, así como vecinos del entorno donde vivía Lolita.
Durante la Misa, hubo distintas citas en su recuerdo, entre las que destaca la carta leída por Clemen, una de sus cuidadoras en la Residencia de Aprosuba, que por la sencillez y cariño que de la misma se desprende, incluyo a continuación:
“¡Hola Dios!, ¿Cómo estás?. Te escribo para saludarte y para contarte que por aquí andamos un poco triste.
Se marchó Lolita, (nuestra Massiel), y la echamos mucho de menos.
Mis primeros recuerdos de Lolita eran del brazo de su madre Lola por la avenida Juan Carlos, de paseo y en la peluquería de Juli, que mientras peinaban a su madre, ella con sus piernas cruzadas ojeaba las revistas de “cotilleo”…!con que manejo pasaba las hojas…!.
Tiempo más tarde empecé a trabajar en Aprosuba y allí estaba Lolita, y al poquito se vino con nosotros a la Resi, su madre está mayor y no podía cuidarla como había hecho durante toda su vida, cuantas veces ha llorado Lola con nosotros…¡lo pasó fatal! Ella nos decía que sabía que Lolita estaba muy bien con nosotras pero que la echaba mucho de menos. ¿Cómo no entenderla?, había pasado toda su vida cuidándola.
Lolita tenía y tiene dos hermanos y una hermana, por circunstancia de trabajo sus hermanos están fuera y con la que más trato hemos tenido ha sido con su hermana Toñi, que vive aquí.
Aprovecho Toñi para decirte dos cosas, la primera que los lazos que te unen a tu hermana son indisolubles y segunda que eres la mejor hermana que Lolita hubiera podido desear.
¿Sabes Dios?.... Lolita tenía mucho carácter y era bastante maniática pero era un ser tierno al que cuidar, en ella no había un ápice de maldad, no sabía lo que era la envidia, su corazón no albergaba malas intenciones. Era pura en el mejor sentido de la palabra. Lolita era muy presumida ¡me encantaba cómo se apartaba el pelo de la cara, con sus manos pequeñas, a pesar de su edad!
Decirte que toda la educación que recibió fue con Amor y esperanza.
Aun se me encoge el corazón cuando recuerdo como se emocionaba al ver a mi hija….esos ojillos suyos se llenaban de lágrimas y siempre quería darle un beso. ¡Le encantaban los niños!
Una sonrisa suya podía traerle felicidad a cualquiera aunque no la conociera.
Lolita forma parte de nuestra memoria y del que fue su hogar en los últimos años de su vida, LA RESI. Que ella nos quiso incondicionalmente al igual que nosotros la queremos a ella.
¡Es curioso, Dios!, pero puedo respirar a Lolita cada vez que me hecho la colonia “gotas de Mayfer”, para mí siempre será su colonia….
Bueno, Dios, solo pedirte que cuides de ella, que sé que lo harás y dile que te cante su La-La-La…., ¡te encantará!
Gracias Dios.”
Gracias Clemen.
Vaya también desde aquí, mi agradecimiento, así como el de mi madre y hermanos, al personal de la Residencia de Aprosuba, donde permaneció Lolita estos últimos años, ya que fuera aparte de los cuidados que le dispensaron, tanto a ella como al resto de residentes, recibió igualmente, como si de una hermana se tratara, todo el calor y todo el cariño que se merecía.
Agradecer igualmente a la Asociación Fe y Luz de Mérida, así como a todos los compañeros de Lolita, amigos y vecinos, las muestras de apoyo y cariño que hemos recibido.
Juan José Polo Muriel.
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